MANITOS INQUIETAS

"La lactancia materna como elemento nutricional básico del ser humano se entremezcla a veces con elementos moralistas que nos recuerdan que los pechos están cargados de simbolismo sexual."

 

Estás dando de lactar. Tu bebé, con algunos meses, ya disfruta mucho más este momento. Te observa tan fijamente que casi parece que te estuviera hipnotizando. Hace varias pausas durante la toma y, en esos

breves espacios, es capaz de sonreír y hacerte ver que ya no cabe ni una pizca más de amor dentro de ti. Y conforme va pasando el tiempo y tu bebé va descubriendo el mundo que le rodea (incluyéndote a ti), se vale de más sentidos para poder explorarlo. Es así, puede que ya lo hayas experimentado o estés a punto de hacerlo, que durante una toma, tu bebé empiece a jugar con sus manos, tocando todo lo que encuentra cerca de él, como tu pelo, boca, mejillas o incluso el pecho que está descubierto. Es aquí donde aparece el llamado ‘reflejo de sintonizar’, que consiste en que el niño, mientras succiona de un pecho, agarra, juega, toca, estira o acaricia el otro pezón que queda libre.

 

Se sabe que el estímulo de los pezones contribuye, de manera fisiológica, con el reflejo de eyección de la leche. Por lo que podría tratarse de una conducta instintiva del bebé para estimular el pecho y acelerar ese reflejode subida de la leche.

 

Muchas veces esto puede volverse cotidiano, pero ¿qué pasa si no te sientes cómoda? Aunque sea normal y comprensible que el bebé haga esto, no hay ningún motivo por el que la madre tenga que soportar comportamientos que le resulten dolorosos o molestos al amamantar.

 

 

Sé paciente

Muchos de estos gestos responden a una fase en la que tu bebé está experimentando con lo que puede o no puede hacer mientras toma el pecho. Si un comportamiento en particular te resulta molesto, una opción es esperar un poco para ver si la novedad desaparece por sí misma.

 

Distrae y redirige

Busca otra forma de ocupar las manos de tu hijo. Le puedes sugerir que se toque su propio cuerpo o su ropa, en lugar de los tuyos. Muéstrale cómo puede acariciar tu brazo en lugar de pellizcarlo. Intenta controlar sus manos con otras actividades; por ejemplo, hacerle cosquillas, besarlas, etc.

 

Es importante, tener en cuenta que el amamantamiento no sólo es una conducta alimenticia. La succión suele ir acompañada de otras conductas y, además de aportar alimento, contribuye con seguridad, afectividad y vínculo entre ambos.

 

 

Obst. Jennifer Lihim

fem-vital@hotmail.com

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