« Nos mudamos en el 2011 y cada vez pusimos menos cuidados, hasta dejar de cuidarnos. Mi regla era irregular como nunca y una hemorragia sería el indicio de la menopausia precoz. Sin embargo, luego de que pasaran unos meses y el bebé no llegara, en los estudios pedidos por la ginecóloga llegaría la sorpresa de infertilidad severa por factor masculino.
Pruebas y más pruebas. Yo, por alguna razón siempre buscaba (en Google) historias positivas con nuestro diagnóstico e hice todo tipo de tratamientos convencionales, alternativos, rituales, promesas. Vino una operación para quitar un pólipo y cuando estábamos por empezar una FIV/ICSI (*Fertilización in vitro/Inyección intracitoplasmática de espermatozoides), en febrero del 2017, me sorprendió, ese domingo, un test de embarazo positivo.
La angustia de decidir sí hacer legrado o esperar, pasar un mes casi con un embarazo detenido, que luego se fue a complicar; pasar 4 días de internamiento y, finalmente, empezar estudios para determinar la causa (inmunología, hematología y demás).
Y la mala noticia que luego del legrado se había generado Síndrome de Asherman (*formación de tejido cicatricial en la cavidad uterina), entonces otra operación para corregir y empezar FIV/ICSI, con todo en contra: la estadística, la edad (40años) y los valores del factor masculino.
Seguí firmemente el camino alternativo a la par de la medicina tradicional, acupuntura, Reiki, suplementos naturales, yoga, misas de sanación, TODO.
El tratamiento fue fallido, pensé en seguir adelante, otro pedido de autorización. La burocracia y una doctora poco empática hizo que el tiempo se demore.
No llegó la regla el mes que debía volver a pincharme.
Y sí, embarazada.
Con 1% de esperma normal y una FSH (*hormona folículo estimulante) de 38 es casi milagro.
Esta vez tenía que ser la buena; hasta que la ecografía de las 12 semanas daba TN (*translucencia nucal) aumentada y ausencia de hueso nasal. Otra vez el pánico se adueñaba unas cuantas semanas, pero el ADN fetal devolvía la paz, por pocas semanas, porque luego llegaría la gingivitis gestacional y una infección brutal de pulmón. Salimos de esa y disfrutamos la Eco 3D. Pero luego todo se complicó con la placenta envejecida y el diagnóstico de retardo de crecimiento. Reposo, y control una o dos veces por semana.
No compre prácticamente nada entre lo que me prestaron y regalaron.
El sábado que cumplía las 37 semanas, compré algunas cositas que faltaban, y en el próximo control dijeron que el doppler de la arteria cerebral estaba alterada y había que hacer una cesárea urgente.
Tal vez lo que más me apena es que durante el embarazo el pánico se adueñó del proceso y sólo tengo una foto con mi pareja y la panza.
Todo fluyó y se hizo simple.
La recuperación espectacular.
Una lactancia exitosa.
Y desde entonces he sanado ese gran vacío.
Existen muchas estadísticas de mamás de más de 40, y cierta estigmatización.
Sin embargo, creo que uno debe seguir sus sueños, y si el universo ayuda...se cumplen. »
Virginia Licari
IG: @cordobesamente
Edición: Jennifer Lihim
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