LA MADRE RECIÉN NACIDA

Tan importante como la salud del bebé es también la salud física, mental y emocional de la madre. De alguna manera había leído frases similares en redes, no muchas, pero me pareció importante no dejarla pasar tan rápido y darle un poco más de atención.

 

Tomaré como punto de partida, el parto...

Un bebé pequeño que acaba de salir del cuerpo de su madre. Una madre que ha contenido a una bebé en desarrollo por alrededor de 40 semanas y que le ha dejado nacer. ¿Cuántos de los reflectores apuntan hacia el bebé y cuántos hacia la madre?

 

El nuevo bebé se roba todas las miradas. Hay que satisfacer todas sus necesidades. Todo gira en torno a él. La madre es también una de esas miradas. Ella, sobre todo ella, DEBE satisfacer todas sus necesidades, y debe saber hacerlo, y hacerlo bien. La madre gira en torno a su bebé.

 

El nuevo bebé está lleno de vida. Necesita comer, dormir y sentirse seguro. Es un bebé hermoso, novedoso y frágil. La madre, por el contrario, siente que su vida ahora está fuera de su cuerpo. Esta vida a la que debe alimentar, además de alimentarse, hacer dormir, además de encontrar el tiempo para hacerlo ella misma, y darle seguridad aun cuando ella pueda sentirse insegura por no saber si acaso lo estará haciendo bien. Su cuerpo ha cambiado. Tiene mucha o poca leche saliendo por sus pezones. Tiene una herida en la zona del periné o quizás una más grande y profunda en el bajo vientre. Tiene un útero que aun sangra y que se contrae constantemente. Tiene dolor aquí y ahí. En la herida, en los senos, en el alma. Debe saber todo sobre su bebé y prácticamente leerlo con tan solo una mirada en cuestión de segundos cuando en realidad ni siquiera termina de entender lo que realmente está sintiendo y viviendo, más aún cuando se trata de una primera vez. Está cansada pero también debe estar alerta. Le han dicho que su bebé está lindo, que es un encanto pero no le han dicho que ella ha hecho un excelente trabajo y que es la mejor madre del mundo. Todo el mundo quiere cargar al bebé pero muy pocos le han preguntado si acaso ella necesita ser sostenida.

 

Y sostener a la madre es tan importante como saber sostener bien a un bebé. Hay que hacerlo con cuidado, amor y paciencia. Hay que darle contención, soporte y seguridad. Me perdí -me dijo una vez una mamá, reconociendo cómo se había sentido los meses posteriores a su parto. ¿Qué hacemos los demás, la familia, los amigos para que esto no ocurra? Durante los primeros meses y algunos años, la madre es casi el todo del niño. No exagero en llamarla así. ¿Qué partes del todo funcionan bien? ¿Qué partes del todo necesitan atención?

 

Los que no somos parte del binomio madre-niño somos también una pieza importante. Podemos ser más que observadores y convertirnos en una pequeña pero importante parte para esa madre que también acaba de nacer.

 

Obst. Jennifer Lihim

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